domingo, 7 de octubre de 2007

Relato Rancio: Parte 1

Así, como sin más, me he decidido a escribir una historia rancia, que me gustaría que continuásemos en este bello blog. Sólo se piden un par de cosas:
- No le pongáis nombre al personaje principal (si a los demás)
- Sed absurdos
- Escribid algo, pero que no sea excesivamente largo (tenéis una muestra del tamaño)
- Mejor pocas faltas de ortografía, digo.

Y sin más dilación, os dejo con el principio de tan bella historia (más mala y carente de gracia que pegar a un padre).

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Ese era yo, un día tranquilo, yendo de camino a la playa. ¡Ah, el bello sol! Era verano, bello verano. El mar, la brisa, todo era agradable. La arena bajo mis pies, con su cosquilleo me hacía sentirme bien. Iba solo, ya que no tenía amigos, pero eso me daba igual. La playa era mi mejor amiga, ya que me escuchaba y todo lo que me decía me resultaba agradable.
Pero entonces oí un extraño ruido, un ruido que solo había escuchado en los documentales que solía descargarme de internet. Sonaba a pingüino, un largo graznido, supongo.
Y al frente lo ví, un cascote de hielo, del tamaño de mi pueblo, arrastrado por las olas. No sabía su procendencia, pero ví algo que me hizo imaginar de donde venía. Encima de aquel cascote los ví, estaban ellos:

Los asesinos pingüinos ninja de Groenlandia

Sus caras mostraban ira, rabia. Yo era el único los veía, era la única persona en aquella playa ya que todo el mundo se marchó al verme aparecer. Sus miradas me atravesaban el corazón, me lo helaban.
Decidí correr, salir corriendo, pero ellos ya sabían que yo estaba allí. Con sus katanas en mano se zambulleron en el agua y se dirigieron a la costa a velocidad ultrasónica. De sus picos salía espuma, con la cual dejaban un rastro en el agua. Los ojos inyectados en sangre se posaban sobre mí. Me quería a mí, quería mi sangre, mi esbelto cuerpo moldeado a partir de Pringles y hamburguesas del McDonalds.
Seguí corriendo, mientras los veía pisar la arena de la playa. Sentía pánico, pero entonces me di cuenta de que los pingüinos no son unos expertos en correr.
Me equivocaba. Los juzgue mal. Me había olvidado de que eran ninjas. Se acercaban a mí saltando, mientras me lanzaban estrellas ninja. Yo las esquivaba como podía, alguna hasta llego a rozarme. Aún así ellos eran más rápidos que yo. Veía mi muerte cada vez más cerca, y veía el cielo cada vez más lejos.
Entonces ocurrió el milagro. En la carretera que separaba la playa de los lujosos hoteles del señor Maxter apareció un autobús antiguo con gente dentro de él. Se paró delante de mí y la puerta se abrió. Allí un hombre atabiado con tres parches de pirata (uno para cada ojo) y un traje militar cosido por su madre me tendió la mano y me dijo.

-¡Vamos, chaval! ¡Sube!

Me agarré a su mano, pero no conseguía levantarme. Los pingüinos me lanzaban cada vez más shurikens, de los cuales prácticamente ninguno me alcanzaba. Más gente vino a ayudarme a subir, y al final lo conseguí. Entonces la puerta se cerró tras de mí, mientras miles de shurikens se clavaban en los cristales de aquel transporte salvador.
Estaba lleno de gente, a cada cual más fea. Había más mujeres que hombres, eso sí. Me senté al lado de un negro que fumaba puros. A pesar de que no me alcazaran muchas estrellas, iba dejando a mi paso un “pequeño” reguero de sangre.

- Soy el coronel McMakerty. Todos ustedes han visto lo que está pasando aquí. Los pingüinos han declarado la guerra a la humanidad, a nuestra pátria. Hemos de liquidarlos, o en caso de sernos imposible mandarlos a ese otro continente llamado Europa. Parece que pronto llegaran sus refuerzos, con lo que tendremos que mantenernos firmes y fuertes hasta que lleguen nuestros refuerzos, si es que son capaces de llegar.
“Mientras tanto, vosotros, junto conmigo, detendréis su paso. Vosotros iréis en primera línea y yo os dirigiré. Y ahora conductor, llevemos al lugar que debemos defender, NewMcMerrick City”

Y el conductor, pisó el acelerador y continuó todo el camino hasta NewMcMerrick City. Sus dos ojos de cristal no le impidieron dejarnos justo en la parada de autobús municipal de la ciudad, en las afueras. Y allí, delante de nuestros ojos, se alzaban edificios asolados por las llamas y las crías de los pingüinos.
Debíamos detener aquello.

3 comentarios:

DarkDarkShadowTractor dijo...

Gran relato. De echo daba la casualidad de que yo el viernes mientras venia agotado en el bus pense en un posible trailer de hiervas asesinas y en su trailer.... que os relatare mas tarde...

PD: Proximamente actualizacion dela (O)ST(ya era ora no?)... e impresiones de resident evil 3 extinction...
PD2: antes de que pregunteis lo e visto en ruso subtitulado en sudaka... por si a alguno le interesa

Tuneladora Negra dijo...

Mi idea era que lo continuásemos aquí en el blog, digo. Y para la (O)ST ponme algo de F.A.N.T.A, como "Instituto Sangriento".

PD:Y el general no tiene tres ojos, en ningún momento se dice que los tenga.

DarkDarkShadowTractor dijo...

F.A.N.T.A....Los titulos promenten mucho... YO QUIERO SER UN ZOMBIE... BRUCE LEE... TE VOMITE... pero la musica y la letra ... no se me recuerdan al estilo pijo de pig noise, el canto del loco y toda esta gentuza... Pero como este es un blog libre(para sus participantes) pondre instituto sangriento... mi opinion.

PD;seguiremos con los pinguinos ninja... aber que se me ocurre mañana en el bus...