BioShock

Yo elegí lo imposible. Yo elegí Rapture.
Pero mi ciudad fue traicionada por los débiles.

Bioshock es un shooter en el que manejamos a un tío que un día cae en mitad del mar en una ciudad submarina. Allí encuentra a unos tíos muy extraños, con pinta de zombie, que intentan cazar a unas niñas pequeñas custodiadas por unos tipos monstruosos vestidos con un traje de buzo.

Mala introducción a Bioshock. Prefiero ésta. Porque Bioshock no es cualquier juego, Bioshock es algo así como una película interactiva. Y no porque sea extremadamente aburrido (que no lo es) o lineal (que tampoco lo es, en exceso), sino porque todo lo que le rodea (decorados, música, guión) parecen salidos de una superproducción hollywoodiense no precisamente barata y, además, hecha con buen gusto.

La historia comienza a mediados de 1960 en mitad del océano atlántico. Nuestro protagonista, del que no sabemos nada, ni tan siquiera su rostro, viaja en una avión que, debido a un fallo, se estrella en mitad del mar. Milagrosamente sobrevive, y consigue llegar hasta una enorme construcción que le servirá de entrada al primer actor secundario: Rapture, la ciudad.

Rapture fue una ciudad construida por Andrew Ryan, una ciudad donde impera el liberalismo más radical, el sueño de todo lector de Libertad Digital. Escuchando Beyond the Sea, nos introducimos en una batisfera que nos mostrará la urbe en todo su esplendor. Por desgracia, una vez llegados a nuestro destino, vemos que hay algo que no anda del todo bien.

Un ser con pinta de zombie nos ataca, aunque se le ve algo más lúcido que a los de otros juegos (Mal residente, etc...). Mediante una radio, un hombre llamado Atlas nos guía para poder escaparnos. Cogemos una llave inglesa, cual palanca para Gordon Freeman, y nos abrimos camino hasta encontrar una máquina en la que hay un bote extraño: un plásmido, que nos otorgará poderes eléctricos. Nos lo inyectamos, y debido a la recombinación, el dolor nos hace caer desplomados. Entonces aparece una niña con una geringuilla roja, una Little Sister, acompañada de un monstruo con escafandra, un Big Daddy, que la defenderá a toda costa.

Una introducción en la que se nos adentra en el contexto que rodea todo el juego. Parece que Rapture, esa ciudad idílica ha caído en desgracia. ¿Porque? Las recombinaciones se convirtieron en una droga para sus habitantes, que los hicieron transformarse en splicers. Para poder surtirse y evitar el mono intentan capturar a las Little Sister, las portadoras del ADAM, la moneda con la que obtener más recombiaciones.

Nosotros tenemos como objetivo encontrar a la mujer e hijo de Atlas, ocultos en algún lugar de Rapture y que necesitan ser salvados. Para ello nos valdremos de distintas armas que encontraremos por el camino como metralletas o escopetas (todas de la época en la que se desarrolla el juego) y de los plásmidos, que serán como las magias. Nos los encontraremos por el camino o los podremos ir comprando en algunas máquinas expendedoras. Para ello, al igual que los splicers, nosotros tambien tendremos que tener acceso a las niñas, con lo que primero deberemos deshacernos de los Big Daddy. Son fuertes, y mucho, pero a medida que obtengamos y mejoremos armas matarlos se nos hará mucho más sencillo. Una vez llegados hasta las niñas podemos salvarlas o recolectarlas. Según lo que hagamos con todas las que aparecen en el juego, obtendremos un final u otro (los dos bastante penosos para lo que es el juego).

Realmente todo esto suena muy bien, pero llevado a la práctica, ¿es algo más que una bonita carcasa? Si. BioShock es un juego entretenido, que no solo atrapa por su argumento y personajes a cada cual más ido, sino por un sistema de juego sencillo y directo (que bien me ha quedado xD). Disparar, usar el plásmido, pegar con la llave o dejar que el Big Daddy se las apañe con los splicers, son algunas de las cosas que podemos hacer. Si nos quedamos sin ADAM (podríamos llamarlo barra de magia) un simple botón y jeringuilla, sin munición un simple botón y recargamos y vida, un simple botón y usamos un botiquín. Si por alguna razón nos quedamos sin uno de estos e investigando en los cadáveres de los muertos no encontramos nada, podremos ir a las máquinas expendedoras a comprar.

Pero Rapture no es barato, así que que mejor que piratear las máquinas para abaratar un poco el precio. Porque otra de las cosas curiosas es el minijuego a la hora de piratear máquinas expendedoras, torretas o cajas fuertes. Básicamente tenemos que ir creando un recorrido para un flujo de agua colocando unas cañerias de tal manera que llegue de un punto a otro. Los huecos de las cañerías están ocultos, y a veces nos encontraremos con que los lugares están ocupados y no podremos poner nada en ellos. Además, a cuanto más pirateemos una máquina, más difícil será piratearla. Por suerte, si estamos hartos, podemos usar una pirateadora automática o gastar algunos dólares para no tener que pasar por el minijuego. Que mejor que un video para mostrar como funciona.

BioShock es juego increíblemente bueno. Los finales son cutres, y es triste ver que después de haber estado jugando un buen tiempo te recompensan con esto, pero no empañan para nada el conjunto global (oh yeah baby) del juego. Si queréis saber más, leed reseñas decentes, y si buscáis por YouTube andaos con cuidado, porque puede haber spoilers.

Disponible para PC y Xbox360, y pronto para PS3, parecido a lo que está pasando con el Final Fantasy XIII xD.

_________________________

Ladrillos Radiopatata ha sido ofrecido por TuneladoraNegra, su pesado de confianza. No dude en insultar una vez leído el tostón. Si no queda satisfecho, váyase a la mierda.