O por lo menos en Arabia Saudí, donde los jeques con los bolsillos a rebosantes de petrodólares no tiene otra cosa que hacer que salir al campo a cazar liebres con pajarracos. Para su desgracia, las presas no son tan imbéciles como para quedarse quietas en mitad de una señal para que las cacen. Ahora se dedican a pitorrearse de las rapaces, ¡y vaya de que manera!
TuneladoraNegra, siempre a su servicio
miércoles, 29 de abril de 2009
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